Un día mis amigos me preguntaron:
Qué tenían mis ojos que
no veían ?
– No pude responderles.
Sus voces llegaban a mí
como sonidos extraños.
– No podía entenderles.
Cuando quise saber quiénes
eran ellos ?
Pues no los reconocía.
Las palabras no salieron de mi boca ; tenía un nudo de escarcha en la garganta.
Traté entonces de comprender
el silencio que me rodeaba,
y lo único que logré recordar,
fue que un día lejano
empañado en lágrimas ;
inventé un pecado nuevo
( para tenermás, de qué arrepentirme )
Desde entonces cumplo mi
penitencia;
día a día…noche a noche.
Esperando…siempre esperando.
Hoy, no sé si mis amigos
me aprecian como tal,
aunque para mí,
ellos siempre
seguirán siéndolo.
Tampoco estoy seguro
si en aquellas personas
que tanto amé ;
prendió esa llama de luz
que encerraban mis palabras,
cuando construir un mundo. mejor… era mi causa.
Ahora, si mis amigos se acercan
a mí; se darán cuenta que
que ya no soy.
Que he partido lejos con mi canción,
a entregar no sé dónde,
no sé a quién,
lo que anhela
…mi empobrecida alma.
—- o. —-
Octavio Vallejo Buschmann