Estrellas sollozan a lo lejos,
de aquel viento aterrador,
sin esperanza de un amanecer cálido,
sólo sumidas al dolor,
Un día una estrella,
unió fuerzas para escapar,
con un intento y un fracaso,
no pudo sino titilar…
Desde esa noche de revuelta,
confinada ahí está,
dicen que las otras sufren con ella,
no la pueden ayudar,
Hasta hoy sigue castigada,
por su rebeldía fugaz.
Desde ese día dice la leyenda,
sólo los soñadores la verán,
pedirán un deseo con el alma,
y ella desde su celda,
con su espíritu se los concederá…
Cristina Bravo Bassi