Entre los coloreados y bellos cerros de Atacama y hacia el oriente de Copiapó, se ubica un fértil pueblo, apaciblemente campesino, con alegres casonas de campo, cuya tierra generosa entregaba frutos y hortalizas por doquier. La crianza de ganados se esparcía por todos los rincones del valle, disfrutando de un vergel en medio del árido desierto de nuestro país… Fue la tierra feliz del edén, por su rica y exuberante vegetación, que, por años, abasteció con sus cosechas a todo el norte de nuestro país, que crecía económicamente sin cesar.
Este hermoso vergel, en la época de la Colonia, fue bautizado por los españoles con el nombre de Pueblo San Fernando de Copiapó en honor a su Rey Fernando VI de España. Años después, las autoridades de la época le cambian el nombre a Villa Manuel Antonio Matta, en homenaje al destacado escritor y político, hijo de esta tierra y de una destacada familia copiapina.
Es en este pueblo, cuando en el año 1909, un grupo de agricultores, y jóvenes artistas, forman la Sociedad Musical de Agricultores y Socorros Mutuos, con 168 socios. En 1913 compran un terreno y construyen un salón de espectáculos, cuyo objetivo fue impulsar entre sus socios el desarrollo agrícola y cultural, especialmente relacionado con el mutualismo y la música. Esta institución significó un cambio en la tranquila vida de la pequeña comunidad de aquel entonces. Tan grande fue el impacto de su creación que, todo el pueblo pertenecía y participaba de las actividades que organizaba, le decían “La pequeña Municipalidad del Pueblo”, por ejecutar iniciativas en beneficio de su gente. Gracias a la Sociedad de Agricultores el “Pueblo” disfrutó de las tradicionales fiestas de la Vendimia, famosa gracias a sus generosas vides, la Challa y otras más.
Décadas después, La Sociedad de Agricultores cambió de nombre y pasó a ser la Corporación Sociedad de Agricultores del Pueblo San Fernando, para abocarse principalmente a problemas propios de los agricultores, al rescate y conservación de las tradiciones, costumbres e identidad campesina, en un agradable entorno natural, permitiendo a las actuales generaciones disfrutar del valioso legado patrimonial que heredaron de sus antepasados.
Hoy en día, como Corporación nuestra dirección apunta a rescatar nuestras raíces y tener una visión de futuro destinada a mejorar los procesos y operaciones de los sistemas agrarios y cultivos sustentables, a impulsar una educación ambiental entre nuestros socios, fortalecer el arraigo hacia nuestra tierra, a nuestras tradiciones, enseñar y perfeccionar a nuestros socios en las técnicas de horticultura y jardinería y fomentar espacios de recreación.